Los jóvenes siempre han tenido en sus manos el curso de la historia. A cada quien en su momento le ha tocado protagonizar una etapa de importancia. En esa parte de la vida la energía y el empuje que se le imprime a las actividades son arrolladoras. Cambiar lo que amerite ser cambiado forma parte de la percepción de las nuevas generaciones.
El 11 de agosto de 1966 se creó la Organización Continental Latinoamericana de Estudiantes (OCLAE), y una vez más se unían las nuevas fuerzas.
Después del IV Congreso Latinoamericano de Estudiantes desarrollado en el archipiélago de Cuba, con una representación de 21 países de América Latina y el Caribe surge la organización. Incrementar las relaciones y los puntos en común entre los jóvenes del área estaba entre los objetivos de esa nueva integración.
Los movimientos revolucionarios se iban fortaleciendo en aquellos años, y este era el aporte y apoyo de los estudiantes.En 1955, en Uruguay, se había desarrollado el primer Congreso de ese tipo, y desde entonces el proceso unitario comenzó.
Es por eso que, después de su fundación, la OCLAE ha estado presente en cada uno de los acontecimientos trascendentes del continente. Su voz a favor de las causas nobles se levanta en este mundo de crisis económica y desmanes imperialistas.
Constituye plataforma común para accionar e intercambiar ideas, necesidad del estudiantado.
La OCLAE pertenece al sistema de las Naciones Unidas y tiene estrecha relación con las corrientes sociales de los distintos países.
La lucha antiimperialista, el papel de los alumnos en la educación y la unidad forman parte de los principios de la organización. Pensar mas allá de la universidad, escuela... ir hasta el fondo de los problemas actuales de la población y las naciones es fuente inspiradora.
Los jóvenes en la actualidad, protagonistas de los cambios a favor de las clases explotadas adquieren paulatinamente mayor madurez.
Las experiencias van en aumento. La realidad es que la juventud del continente americano, rica por su diversidad no se amedrenta nunca. No cruzarse de brazos es regla fundamental para quienes han llenado de esperanzas el futuro y saben levantarse a pesar de las adversidades
El 11 de agosto de 1966 se creó la Organización Continental Latinoamericana de Estudiantes (OCLAE), y una vez más se unían las nuevas fuerzas.
Después del IV Congreso Latinoamericano de Estudiantes desarrollado en el archipiélago de Cuba, con una representación de 21 países de América Latina y el Caribe surge la organización. Incrementar las relaciones y los puntos en común entre los jóvenes del área estaba entre los objetivos de esa nueva integración.
Los movimientos revolucionarios se iban fortaleciendo en aquellos años, y este era el aporte y apoyo de los estudiantes.En 1955, en Uruguay, se había desarrollado el primer Congreso de ese tipo, y desde entonces el proceso unitario comenzó.
Es por eso que, después de su fundación, la OCLAE ha estado presente en cada uno de los acontecimientos trascendentes del continente. Su voz a favor de las causas nobles se levanta en este mundo de crisis económica y desmanes imperialistas.
Constituye plataforma común para accionar e intercambiar ideas, necesidad del estudiantado.
La OCLAE pertenece al sistema de las Naciones Unidas y tiene estrecha relación con las corrientes sociales de los distintos países.
La lucha antiimperialista, el papel de los alumnos en la educación y la unidad forman parte de los principios de la organización. Pensar mas allá de la universidad, escuela... ir hasta el fondo de los problemas actuales de la población y las naciones es fuente inspiradora.
Los jóvenes en la actualidad, protagonistas de los cambios a favor de las clases explotadas adquieren paulatinamente mayor madurez.
Las experiencias van en aumento. La realidad es que la juventud del continente americano, rica por su diversidad no se amedrenta nunca. No cruzarse de brazos es regla fundamental para quienes han llenado de esperanzas el futuro y saben levantarse a pesar de las adversidades
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