Gaza, 30 de diciembre. Israel lanzó este martes al menos 16 bombas contra la franja de Gaza, como parte de su declarada “guerra total” contra Hamas iniciada el sábado último, que ha dejado hasta ahora 380 muertos. Al mismo tiempo, el primer ministro Ehud Olmert rechazó una propuesta de Francia de una tregua unilateral de 48 horas, y afirmó que está listo para largas semanas de acción, mientras el movimiento radical palestino amenazó con causar impacto con cohetes artesanales “más allá de las ciudades alcanzadas hasta ahora” dentro del territorio israelí.
Además de las acciones diplomáticas de Francia, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, habló por teléfono hoy con el presidente palestino Mahmoud Abbas y el primer ministro Salam Fayyad, sobre los esfuerzos para lograr un “alto el fuego duradero” en Gaza.
La propuesta francesa para poner fin unilateralmente a los ataques también tenía la finalidad de dar a Hamas una oportunidad de poner fin a los lanzamientos de cohetes Qassam contra territorio israelí. Empero, Olmert, contrario a llegar a un acuerdo, indicó que las actuales operaciones en el enclave palestino son “la primera fase de otras ya aprobadas por el gabinete de seguridad”.
El viceministro de Defensa, Matan Vilnai, precisó que las fuerzas militares están preparadas para un “conflicto prolongado y semanas de combate”.
Al mismo tiempo, Tel Aviv reiteró su intención de intervenir por vía terrestre la franja de Gaza. “Las fuerzas están listas para actuar. Todo el mundo está en su lugar sobre el terreno”, declaró la vocera militar israelí, Avital Leibovitz. “La opción existe. Puede ser aplicada, pero por ahora sólo atacamos por aire y por mar”, añadió.
Así, por la noche, el jefe de gobierno israelí pidió a su gabinete que apruebe la llamada a filas de 2 mil 500 reservistas adicionales. En su sesión semanal de gabinete ya había aprobado la convocatoria a 6 mil 500 reservistas, al tiempo que comenzó a concentrar tanques y tropas en la zona fronteriza con este territorio palestino.
Hamas, a su vez, amenazó con golpear más lejos el territorio israelí con sus cohetes si Tel Aviv prosigue con su ofensiva en Gaza, territorio del cual tomó control en 2007 tras desalojar a las fuerzas de Fatah, el movimiento del presidente palestino Mahmoud Abbas.
“A los dirigentes del enemigo les decimos: si continúan con su asalto, nuestros cohetes golpearán más allá de las ciudades hasta ahora alcanzadas” por los disparos, declaró en televisión el vocero con el rostro enmascarado, quien agregó que Hamas y las Brigadas Al-Qassam no han sido aniquilados. “Nosotros resurgiremos de entre las ruinas”, sentenció.
Otro vocero, Fawzi Barhoum, descartó que la invasión israelí pueda lograr derrocar a su gobierno, y condenó la campaña militar que dejó ya un saldo de 384 palestinos muertos, además de mil 800 heridos. El jefe de los servicios de emergencia de Gaza, Muawiya Hasanein, habló de decenas de civiles entre los muertos, entre ellos 39 menores de 16 años y 13 mujeres.
Hasta el lunes, la operación Plomo endurecido, de una violencia inédita desde la ocupación de los territorios palestinos por Israel en 1967, sólo pretendía poner fin a los disparos de cohetes palestinos contra el sur del país.
Ante las obstinadas posturas de ambas partes por establecer una tregua, aviones de guerra israelíes continúan sus ataques contra objetivos de Hamas que cobraron la vida de por lo menos 13 palestinos, entre ellas dos hermanas de 4 y 11 años.
Las niñas fallecieron durante un bombardeo israelí cercano a su hogar en Beit Hanun, en el norte de la franja de Gaza. “Vivimos en el terror, nosotros y nuestros niños. La situación no es mala, es trágica”, dijo Abu Fares, un residente de Gaza que permanecía de pie frente a su vivienda, cerca de los escombros de un edificio que fue atacado durante la noche.
En el sector de Jan Yunes, en el sur de Gaza, un efectivo de seguridad murió y otros dos resultaron heridos por bombardeos de israelíes contra un puesto de policía de Hamas, mientras que en Gaza, aviones caza F-16 mantuvieron el castigo con misiles y destruyeron cinco edificios ministeriales, entre ellos el del gabinete de Hamas y una construcción que pertenecía a la Universidad Islámica.
En Rafah, sur de este territorio palestino, también fueron atacados dos túneles que, según Tel Aviv, son utilizados por Hamas para transportar armas de contrabando desde Egipto.
Un centro deportivo del movimiento islamita y dos supuestos campos de entrenamiento que pertenecían a grupos de resistencia también fueron destruidos en los ataques. Asimismo, hubo disparos contra oficinas que pertenecen al grupo radical Comités de Resistencia Popular.
Pese a la gravedad de la ofensiva militar, unos 20 cohetes palestinos cayeron en el sur de Israel y, como lo adelantó Hamas, aumentó el alcance de sus ataques al lanzar dos cohetes del tipo ruso Grad a una distancia de 30 kilómetros, que impactaron por primera vez en Beersheva. Otros cohetes causaron algunos heridos en la zona fronteriza.
En medio del caos, un ministro del gabinete israelí señaló que el gobierno podría considerar suspender su ofensiva para permitir el ingreso de ayuda humanitaria, pero aclaró que Hamas también debe comprometerse a detener el fuego.
Pero en una acción que parece contradecir esas presuntas intenciones, una lancha militar de Israel embistió esta mañana en aguas internacionales a un pequeño yate que partió de Chipre con ayuda humanitaria y que pretendía romper el cerco sobre la franja de Gaza. Ante esta embestida, la embarcación Dignity que llevaba alimentos y medicinas para los palestinos, se desvió hacia el puerto libanés de Tiro, tras haber sufrido daños menores.